Oporto
La remodelación de su casco antiguo (por los ganadores del premio Pritzker: Souto de Moura y Siza Vieira), sus vinos, su oferta gastronómica y sus iniciativas culturales hacen bueno aquello de “Oporto bien vale una visita”.
Ubicada junto a la desembocadura del Duero y las playas del Atlántico, se la conoce como la Barcelona lusa. Con el buen tiempo se llena de bicis y festivales como el Primavera Sound.
Se ha ampliado el metro y recuperado el tranvía, se han multiplicado las conexiones con Europa y construido hoteles boutique.
Las rutas más populares son, por supuesto, las enológicas.
Algunas de las bodegas que se asientan en Vilanova de Gaia, en la margen izquierda del Duero, barrio cuya historia está vinculada a la cultura vinícola. Sus caldos están entre los mejores del mundo, vinos que toman cuerpo en alguna de estas bodegas.
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